El gran David Gilmour ha decidido regresar al panorama musical de este año con un nuevo disco de estudio: ‘Luck And Strange’ es su primer LP en nueve años y promete algo sofisticado.

El primer sencillo del álbum es el tema “The Piper’s Call”, flamante por sus grandes arreglos y estructura melódica, que nos deja claro que Gilmour ha envejecido bien y que aún tiene un panorama amplio a la hora de componer música, y más, tratándose de un regreso especial para todos los fans.

El álbum cuenta con colaboraciones de Guy Pratt y Tom Herbert al bajo, Adam Betts, Steve Gadd y Steve DiStanislao en la batería, y Rob Gentry y Roger Eno a los teclados, además de contar con arreglos corales y de cuerda por parte de Will Gardner.

Polly Samson, coautora de Gilmour durante los últimos 30 años, contribuyó con la mayor parte de las letras. La canción principal, que es un extra en la edición en CD, presenta al fallecido teclista de Pink Floyd, Richard Wright, grabada en 2007 durante un ‘Barn Jam’ en la casa de Gilmour.

Luck and Strange incluye 8 nuevas canciones originales más una versión de “Between Two Points” del grupo The Montgolfier Brothers y no podemos esperar a escucharlo completo y que además incluye el arte y fotografía del legendario Anton Corbijn.

El tan esperado y nuevo álbum de St. Vincent se estrenará por completo este viernes 26 de abril del 2024, el disco lleva por nombre ‘All Born Screaming’, y como muestra de su nuevo sonido ya podemos escuchar “Big Time Nothing”.

El sencillo podríamos definirlo como electro-funk, la base de los sintetizadores emergen este espíritu robótico/hipnótico mientras que las voces y los arreglos vocales y el groove colorean el funk de gran manera.

Definitivamente los fans están y estamos super ansiosos de que salga el disco que promete ser algo totalmente diferente a lo que nos tiene acostumbrados, pero sin perder su esencia.

St. Vincent colaboró en algunas canciones de este nuevo disco con Dave Grohl en la batería y Justin Meldal-Johnsen en el bajo. Además de contribuciones de Cate Le Bon, Josh Freese, Stella Mozgawa de Warpaint, Rachel Eckroth, Mark Guiliana y David Ralicke.

 En este espacio plantearemos una reflexión en torno al que consideramos el disco más relevante de la semana. En esta entrega: Dark Matter de Pearl Jam.

“Regresar a los básicos” es una expresión común en el panorama musical y generalmente se usa para hablar de una banda/artista que aparentemente perdió el rumbo sonoro y ahora elije apegarse a su esencia de origen para retomar el camino.

Pero entonces están estos proyectos que superan los 20, 30 años de historia y tienen que decidir si anclarse al sonido que los llevó hasta ahí o buscar una renovación total.

Están ejemplos como los Stones, que llevan prácticamente tres décadas tocando el mismo set en sus shows para centrar el foco de la experiencia en la espectacularidad de sus conciertos; y por otro lado estuvo Bowie, que hasta el último día de su vida buscó la innovación aunque eso significó perder adeptos y la atención mediática de las masas.

En medio está Pearl Jam, que en realidad nunca perdió la brújula -siempre han sido una banda consistente de guitarras y reflexiones sobre la vida cotidiana- pero que en los últimos años parecía buscar la accesibilidad a través de hacer su sonido más ligero y básico… Casi cliché.

Ahora estrenan DARK MATTER, su primer material en casi cuatro años que, si tuviéramos que sintetizar de alguna manera, suena como si los miembros de Pearl Jam -a sus actuales 50 y tantos años y los cuestionamientos que de eso emana- regresaran en el tiempo y decidieran re hacer Vitalogy o Ten.

Por lo que, de cierto modo, Dark Matter es ese gran disco de Pearl Jam que llega 30 años después… Pero no tarde.

Con un Eddie Vedder preguntándose si todos los mensajes que impulsó y propuso valieron la pena y tuvieron sentido, es importante remarcar que no es precisamente un álbum feliz ni optimista.

Al contrario: en muchos sentidos, la banda se siente rebasada por un tiempo que no perdona y ante el cual solo pueden defenderse a través de lo único que saben hacer bien: Grunge.

Y eso le da cuerpo a tracks que podrían ser familiares de las mejores obras de Pearl Jam. La virtud está en que no se siente como una obsesión con él pasado impulsado por la nostalgia, sino como la cúspide de un proceso de madurez que solo dan los años.

Seguramente Dark Matter no atraerá nuevos adeptos a la banda pero sí es un escalón necesario para los fans que han crecido con ellos y que también empiezan a cuestionarse si todo lo que han hecho ha valido la pena; pero sobre todo: ¿qué harán a partir de ahora?