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Cortes Selectos

A 77 años de David Bowie, una retrospectiva sobre su repertorio: Heroes

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Estamos en la semana David Bowie: el ciclo de días en los que conmemoramos su nacimiento y su muerte; es por eso que en WARP queremos celebrar el legado de uno de los artistas más importantes de la historia contemporánea a través de la exploración de algunos de los puntos claves de su discografía, en el afán no solo de revalorar su figura; sino también de acercarlo a nuevos ojos y oídos. En la entrega de hoy: Heroes, de 1977

En 1977 fue lanzado “Heroes”, el duodécimo álbum del músico y compositor británico David Bowie, a través de RCA Records. Es la segunda entrega de su ‘Berlin Trilogy’ junto a Brian Eno, siendo dicho álbum el único que fue íntegramente grabado en aquella ciudad, ya que los demás discos componentes de la trilogía tuvieron que ser en parte trabajados fuera de territorio alemán, (Low que fue hecho en Francia y Lodger que fue grabado en Suiza y Nueva York).

Muy pocas obras artísticas son capaces de trascender la dura prueba del tiempo y de lograr mantenerse vigentes a pesar de sus años de existencia. “Heroes”, de David Bowie después de 47 años de vida, es una completa celebración que se mantiene vigente y un trabajo que nos ha acompañado en diferentes escenarios de nuestro día a día y que tiene en su haber diversos datos curiosos que vale la pena recordar.

El ADN alemán del álbum Heroes. Previo a la realización del álbum, David Bowie se trasladó a Berlín para darle un poco de orden a su vida, luego de sus años intensos vividos en Los Ángeles. En contexto, Bowie estuvo viviendo en esa ciudad entre los años 1976 y 1978 en el 155 de Hauptstrasse. 

Grabado en el mítico Hansa Tonstudio ubicado en el número 38 de Köthener Straße, en el distrito berlinés de Kreuzberg en lo que entonces era Berlín del Oeste, “Heroes”, reflejó el Zeitgeist (espíritu) de la época de la Guerra Fría, simbolizado por la ciudad dividida. 

El histórico estudio de grabación activo desde 1974, estaba en ese entonces a unas 500 yardas (460 metros) del Muro de Berlín, es por eso que también es conocido como  “Hansa Studio by the Wall” o “Hansa by the Wall”.

El impacto del álbum desde su creación, hasta la actualidad. El álbum en un principio no fue comercialmente exitoso, se mantuvo tercero en los ránkings de Reino Unido y Países Bajos, nada despreciable, sin embargo “Heroes”, la canción principal del disco, solo logró el lugar 24 en los ránking de Reino Unido y no llegó a los top 100 en Estados Unidos.

El pasar de los años le ha dado la razón a Bowie y a su álbum, que hoy en día es considerado por los críticos como uno de los mejores del artista, en parte gracias a la contribución del guitarrista de King Crimson, Robert Fripp, quién voló desde Estados Unidos y grabó sus partes en tan solo un día.

Por otro lado, hubo parcialidad de la crítica que si lo recibió de buena manera ya que fue nombrado el ‘Álbum del año’ por NME, posteriormente el disco formaría parte del libro “1001 Albums You Must Hear Before You Die”, publicado por primera vez en el 2005. Cabe destacar, que el álbum fue lanzado en Alemania con la canción principal titulada “Héroes” a “Helden”  y cuenta con partes de la letra en alemán.

Peculiaridades del sonido del álbum. Junto con las voces, coros y producción del álbum, David Bowie grabó dicho material con cinco instrumentos: piano/teclado, saxofón, guitarra, tamborín, y Koto, un instrumento japonés de cuerdas que usó para “Moss Garden” la octava canción del disco. Por otro lado, “Sense of doubt” la séptima canción que conforma el álbum, fue hecha casi completamente a través de las Oblique Strategy Cards de Brian Eno, dichas cartas están diseñadas para estimular el pensamiento lateral y para restringir al compositor.

Para la grabación de “Heroes” se utilizaron tres micrófonos, los cuales estaban estratégicamente posicionados de tal forma que Bowie tenía que cantar cada vez más fuerte a medida que avanzaba la canción. Por otro lado, en la sexta canción “V-2 Schneider”, Bowie accidentalmente tocó una nota errada en su saxo, pero le gustó tanto que la dejaron. Hasta para equivocarse hay que tener gracia y talento.

En un principio, la cuarta canción del disco “Sons of the silent age” fue la única pieza escrita antes de que se comenzara a trabajar en el álbum. De hecho fue el nombre provisional del disco hasta que lo bautizaron “Heroes”,  de ahí en más todas las canciones fueron improvisadas en el estudio. Finalmente el 30% de las canciones del álbum son instrumentales.

La inspiración detrás de la canción homónima al álbum. “Heroes” es una canción sumamente especial ya que guarda una historia de amor y valentía de una pareja en el Muro de Berlín, que tiempo después se sabría de quiénes se trataba exactamente.

Bowie en aquel entonces encontrándose en medio de un proceso creativo para lanzar el disco, observó una imagen que le inspiró para componer esta canción, y así narrar una historia real que él mismo apreció. Dicha imagen de inspiración consiste en unos jóvenes amantes que Bowie solía observar a través de una ventana del Hansa Tonstudio, besándose a través del muro de Berlín, burlando el sistema de vigilancia. Dicha pareja estaba conformada por Tony Visconti, su productor y mano derecha, y la cantante alemana Antonia Maass. Antes de todo esto, la pieza ya contaba con una realización instrumental pero carecía de letra, de esos fuertes versos como, “Standing by the wall, the guns shot above our heads, and we kissed as though nothing could fall”.

Una canción que posteriormente se convertiría en el himno de la unificación de las dos Alemanias, y que al pasar de los años también ha sido fuente de inspiración de muchas personas.

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Dua Lipa graba comercial de Porsche en las calles de la CDMX

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Dua Lipa

Dua Lipa estuvo en la Ciudad de México para filmar un comercial para la nueva campaña de la marca de automóviles de lujo Porsche.

En el video podemos ver a Dua Lipa conducir a toda velocidad un Porche por las calles de la CDMX y otras locaciones incluyendo a la “Luna”.

El comercial de cerca de dos minutos lo escribió y dirigió la propia cantante, y fue filmado con el apoyo del director francés Clément Durou en la Ciudad de México durante la primavera de 2024.

Sobre esto Dua Lipa comentó lo siguiente, ya que le tiene un cariño especial a la marca y han establecido una solida relación desde hace tiempo:

“Trabajar en este cortometraje fue muy divertido. Nada era demasiado improbable ni descartable, así que realmente me dejaron hacer lo que quisiera, y esa libertad me ayudó mucho. En especial imaginar y diseñar conceptos que eran literalmente de otro mundo hasta verlos evolucionar y hacerse realidad, fue muy emocionante”.

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Reseña de Nuestro Disco de la Semana: Bando Stone and the New World

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Childish Gambino

En un mundo en el que la Música está subordinada a todo menos a la Música, parece que la máxima aspiración de todo artista es llegar a un punto de su carrera en la que pueda darse el lujo de hacer lo que se le dé la regalada gana.

Tal vez por eso todavía le perdonamos todo a Kanye cuando dice lo que aparentemente no debería; o a Beyonce cuando asume su rol de Kasike de la industria o a Frank Ocean cuando decide hacer de todo excepto canciones.

Como si lo necesitara, Donald Glover ha necesitado hacer del conocimiento público que él también ascendió a esa categoría. Argumentos no faltan: entre lo hecho con Childish Gambino, los brillantes proyectos como guionista y director y una carrera anómala como actor le dan el estatus de genio.

Portada Bando Stone and the New World

Con nada más por demostrar, ha decidido cerrar una etapa importante de su vida con el último disco de su proyecto musical más conocido y, al mismo tiempo, aprovechar el momento para finalmente reunir esos tres mundos en una misma obra: Bando Stone and the New World, que es película pero también es banda sonora pero también es una sátira pero también es un personaje…

Todo en todas partes al mismo tiempo. Y como disco, suena exactamente a eso.

Como Childish Gambino, Donald Glover ha evolucionado de rapero geek con rimas de adolescente a cantante de Soul a prácticamente productor de Música Electrónica.

Y en Bando Stone and the New World encontramos todo eso en un mismo caldero adicionado con esteroides y cocaína.

17 tracks maximalistas y excedidos en más de un sentido en los que Childish Gambino parece que quiere terminar su legado sonoro con una explosión en mil pedazos.

Desde beats industriales que se mezclan con trompetas y saxofones hasta órganos gregorianos como de película de terror de los 70s que se pelean con percusiones electrónicas.

Un álbum que por esa misma revisión histórica de su propio repertorio tiene recursos musicales familiares pero que en la escucha integral es indefinible bajo lo ortodoxo de las etiquetas de géneros.

De hecho, conserva el rasgo más característico de la discografía de Childish Gambino: la inconsistencia.

En sus casi siete proyectos publicados, la distancia entre los mejores tracks de cada álbum y el resto de canciones es sustancial.

Mientras puede haber tracks tan emocionantes como para que pensemos que son lo mejor que vamos a escuchar en nuestras vidas, tiene otros que en comparación se sienten débiles y fuera de contexto.

En Bando Stone and the New World, por ejemplo, escuchar las magníficas “Survive”, “In The Night” o “No Excuses” y en medio los experimentos Rock Pop como “Lithonia” o “Real Love” serían equivalentes a estar viendo una película de aventuras espectacular y que ésta se interrumpa por un sketch extraño de Saturday NIGHT Live.

Lo cual nos conecta con su otro gran problema, que podría ser obvio desde el principio pero que en la ejecución deja muchos cabos sueltos: la dependencia de este disco de su símil audiovisual.

Al final no deja de ser una banda sonora, y eso los hace inherentes mientras le resta toda posibilidad de discurso individual al álbum.

Para terminar con las analogías cinematográficas, si Bando Stone and the New World es realmente la conclusión definitiva de Childish Gambino, la saga habrá terminado con una película llena de batallas épicas, algunas lagunas argumentativas y una despedida solemne de los personajes principales.

Sin ser el mejor álbum de Childish Gambino, sí es el que mejor define lo que ha sido como artista musical en más de diez años de historia.

Y no queda nada por reclamar. Donald Glover hizo lo que quiso y nosotros fuimos felices al bajar la pendiente la montaña rusa.

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Imágenes y sonidos: La música de los Juegos Olímpicos

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Imágenes y Sonidos

Imágenes y sonidos es la sección de WARP en la que exploramos el vínculo entre lo visual y la música a través de análisis, anécdotas y datos. En esta entrega y aprovechando la efervescencia de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 hablaremos de las mejores interpretaciones musicales que hayamos visto en la máxima justa deportiva.

Del 26 de julio al 11 de agosto, París recibirá a los Juegos Olímpicos 2024 y acompañando este magno evento deportivo, recordamos algunas de las participaciones musicales más sobresalientes y representativas. La relación del deporte con la música es muy cercana, y cuando se trata de eventos deportivos a nivel mundial como los Juegos Olímpicos, esta relación se amplifica porqué, sin importar el país, el idioma o el deporte favorito de cada uno, todos nos podemos unir en una misma celebración, tal como un lenguaje universal.

Muchos artistas de talla internacional han prestado sus voces en pro de los Juegos Olímpicos, sin embargo, han sido pocos los que han grabado su nombre en la historia con canciones memorables. Tal como fue el caso de Barcelona 1992, con Freddie Mercury y Montserrat Caballé. A pesar de que se presentó en 1987, la colaboración entre Freddy Mercury y Montserrat Caballé fue el himno no oficial de los Juegos Olímpicos de 1992. Con una fusión de rock, ópera y pop, esta canción fue el mayor éxito de la carrera como solista de Freddie Mercury.

Un año después de la muerte de Mercury, también fue interpretada por Caballé en la final de la UEFA Champions League de 1999.

En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, vivimos la vibrante interpretación de One Moment in Time, de Whitney Houston, esta canción fue escrita por Albert Hammond junto a John Bettis. Esta es probablemente la canción más conocida de la lista, y no es difícil darse cuenta por qué. El himno olímpico de 1988 capturó el sentimiento de unidad de la época y llegó a las 5 principales en las listas de Billboard de ese año.

Por otro lado, los mismos Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 fueron especiales ya que por primera vez, se contó con la participación de Estados Unidos, la Unión Soviética y Alemania Occidental, y para celebrarlo se compuso Hand in Hand, una pieza coreana que también fue protagonista y que nos dejo dos canciones icónicas. Al igual que la de Whitney Houston, esta canción transmite un mensaje optimista de unidad, anunciando el fin de la Guerra Fría.

Con el paso del tiempo los artistas se han acercado a la emoción de los Juegos Olímpicos siendo parte de sus shows inaugurales o de clausura, y componiendo canciones para avivar el espíritu deportivo y celebrar a sus países y regiones cuando la competencia llega a sus escenarios.

Es momento de hablar de Sidney 2000, unos juegos que nos entregaron muchos recuerdos para la cultura pop contemporánea. Kylie Minogue, llena de plumas y lentejuelas, nos puso a todos a bailar con su interpretación de Dancing Queen. La polifacética artista australiana revivió el espíritu de ABBA en la clausura de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, haciendo suya una canción inolvidable.

En Atlanta 1996, Céline Dion llegó con The Power of the Dream, escrita y producida por David Foster, Linda Thompson y Babyface para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, sin duda ha pasado a la historia como una de las más recordadas de los Juegos. Su interpretación en la inauguración fue sublime junto a Foster en el piano, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Atlanta y el Coro Centenario; rompió récords de audiencia de televisión, por lo que la artista donó lo que recibió por aquella presentación para apoyar a los deportistas de su delegación ese año. La canción hace parte de su premiado disco Falling Into You.

En Atenas 2004, conocimos una pieza aclamada por la crítica como una de las mejores canciones de la virtuosa artista islandesa Björk, quien presentó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004 su sencillo “Oceanía”. La canción se desprende de su sexto álbum de estudio Medúlla y su video oficial nos remonta sin duda a las competencias acuáticas en este contexto deportivo.

Según Björk, esta canción fue compuesta especialmente para los Juegos Olímpicos, la cual escribió desde la perspectiva del océano. En una entrevista en el 2004, la cantante dijo: “El océano no ve las fronteras, las razas ni las religiones diferentes que siempre han estado en el corazón de estos Juegos”.

Absolutamente cuando hablamos de la música, hablamos de un lenguaje universal, que úne países, razas, comunidades, religiones, y demás, que desde luego es la premisa de los Juegos Olímpicos en cada una de sus ediciones. El deportivismo y el espíritu de unión en realidad debería prevalecer entre nosotros, y no solo cuando el mundo nos lo reclame. Viviendo actualmente entre diversas pesadillas ocurriendo en el mundo, el deporte y la música se han convertido en nuestros principales refugios.

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