Estamos en la semana David Bowie: el ciclo de días en los que conmemoramos su nacimiento y su muerte; es por eso que en WARP queremos celebrar el legado de uno de los artistas más importantes de la historia contemporánea a través de la exploración de algunos de los puntos claves de su discografía, en el afán no solo de revalorar su figura; sino también de acercarlo a nuevos ojos y oídos. En la entrega de hoy: el experimental ‘Outside’ de 1995.

David Bowie y Brian Eno volvieron a colaborar juntos en el estudio en el año de 1994, para trabajar en el que pudiéramos definir hasta la fecha como el disco más experimental en la carrera de Bowie. Si duda en esta odisea David nos dejó un álbum conceptual complejo y una antítesis musical de todo lo que hizo y que vio la luz en 1995, anticipándose como siempre, a distintas vanguardias.

Outiside exploró la creciente obsesión por la mutilación del cuerpo humano como arte y la paganización de la sociedad occidental con letras inspiradas en el diario de un personaje ficticio llamado Nathan Adler, y esas letras iban acompañadas de un sonido embrujado y apocalíptico que para muchos fue difícil conectar.  Sin embargo, Outside creó una sensibilidad oscura y visceral que se impregnaría no solo la música, sino también el cine, la literatura y en las artes en general.

Y como muestra de esa influencia y legado, el sencillo “The Hearts Filthy Lesson”, apareció en el soundtrack de una de las películas más oscuras de la década de los 90, la brillante Seven de David Fincher, mientras tanto, “I’m Deranged” hizo lo propio en la película Lost Highway de David Lynch como música de la secuencia inicial y título de los créditos finales, y para terminar “Hallo Spaceboy” fue usada en el último documental de 2023, Moonage Daydream de Brett Morgen en donde el propio Bowie nos narra su vida artística y espiritual.

Outside es un disco con letras ingeniosas y de mundo y visión pop de al menos el Bowie noventero que quedo perfectamente marcado en la balada “Strangers When We Meet”.

El disco tiene sus momentos psicodélicos, barrocos, minimalista y también, para los escuchas exigentes, podemos detectar mucha influencia de Scott Walker, quizás este sea el disco más Scott Walker de Bowie en su carrera, por que recordemos que Bowie era muy fan de él y esto fue a su manera, uno de los desafíos musicales más grandes de su carrera.

Y es que pareciera un cliché a estas alturas seguir repitiendo la frase de que “Bowie estaba siempre adelantado a su época” pero es que es una de las frases que más verdad derrochan en la historia de la música. Outside todavía se destaca como un disco extraño, denso y de carácter inspirador.

Hay que valorar mucho el trabajo de Brian Eno también, quien con el uso de las tarjetas didácticas ‘Oblique Strategies’ de sus tácticas en el estudio inclinaron el sonido hacia una balanza de altos caminos sónicos, con una intención de abstraer también el proceso creativo. Por ejemplo, en la versión de Neil Tennant de la letra de ‘Space Oddity’ para el remix de ‘Hallo Spaceboy’ que se incluyó de los Pet Shop Boys, se hace eco del papel fundamental de la estrategia de Eno en la creación del álbum.

No olvidemos que para todo el arte visual del álbum, Bowie y Eno visitaron el hospital psiquiátrico de Gugging cerca de Viena, Austria, a donde se entrevistarían con varios de los encargados y se realizaron distintas fotografías durante el proceso.

En Outside,  Bowie utilizó su alter ego de Nathan Adler, quien básicamente era un detective que vive en un mundo sacado de una historia del género cyberpunk y que debe darse a la tarea de investigar el asesinato de una niña llamada Baby Grace Blue.

Outside definitivamente es un álbum que merece más atención y que está abordado desde un panorama narrativo que seguirá abriendo nuevas puertas a todo aquel que esté dispuesto a escuchar los mensajes ocultos en el, y de cómo Bowie nos sigue hablando a través de ellos, ya que pocas veces hemos visto a artistas desarrollar alter egos que dejen huella y que sean desafiantes y extremos construidos con cimientos de un disco que está construido  a través de metáforas y pensamientos disruptivos en el que solo un artista como Bowie podía darse el lujo de correr ese riesgo y retar a la industria musical.