Connect with us

Cortes Selectos

”Taylor Swift es la industria musical”: la figura más importante del Pop actual se adueña de la CDMX (y del mundo)

Publicado

el

Hacemos una retrospectiva de todo lo que sucedió en el fin de semana Taylor Swift en la Ciudad de México.

Apenas una brisa húmeda sobre el Foro Sol contra un pronóstico que auguraba 70% de probabilidades de chubascos bíblicos como consecuencia de un huracán que se postraba sobre nuestro país. 4 Foro Sol sold out equivalentes a cerca de 260 mil personas presentes para su concierto, convirtiéndose en la primera mujer en lograrlo. Casi 16 horas de show (prácticamente sin pausas) repartidas en cuatro sets de poco más de 3 horas y media. 45 canciones interpretadas, cada una con una planteamiento escénico distinto. Un escenario dividido en tres valuado en 150 millones de dólares entre infraestructura y mano de obra. Tecnología LED de la más alta tecnología a disposición de la gira. Pedidas de matrimonio. Misceláneas con mercancía agotada debido a las millones de friendship bracelets que se realizaron en los últimos dos meses. Una derrama económica calculada en mil 150 millones de pesos entre miércoles y domingo para el fin de semana de los shows. Canciones que nunca se habían tocado en vivo hasta hoy. Sueños cumplidos. Lágrimas derramadas y sonrisas de oreja a oreja. Taylor Swift.

En una industria donde los ”récords imposibles” se rompen cada semana y en los que sus cimientos son más ficciones que realidades, Taylor Swift parece ser la única certeza que persiste.

Este fin de semana, ella, su equipo y cientos de miles de fans tomaron la capital del país por asalto. La hicieron suya y, durante cuatro días, se trató de su mundo particular regido por las leyes de 17 años de trayectoria de la que quizá -con cada vez más argumentos- sea la estrella Pop más importante de lo que va del siglo.

El amor destinado a ser

Pareciera que entre la fecha del anuncio de su show y los conciertos mismos, la espera no fue tan larga, si acaso un par de meses; sin embargo, la realidad es que la paciencia de las swifties mexicanas estuvo a prueba durante 5, 10, 12, 15 años y más.

Sin aferrarse a la nostalgia, diez discos de estudio -todos muy exitosos- validan que es una artista transgeneracional que bien mezcla treintonas, con veinteañeras, Gen Z y todo aquél que quiera sumarse. Su mayor virtud, la pluma, le ha permitido establecer intimidad con millones alrededor del mundo gracias a esa implacable honestidad para plasmar tal cual cómo se siente, sin tapujos ni prejuicios.

Y su público ha sido correspondiente con creces: una demanda de medio millón de boletos que por desgracia solo pudo satisfacer a la mitad de ellas; y luego, la otra mitad que se quedó afuera, haciendo hasta lo imposible por acceder al Foro Sol.

Incluso para quienes no son fans empedernidos, The Eras Tour es un acto a tachar en la lista de vida dada su naturaleza y la calidad en su ejecución. El concepto planteado por Taylor Swift es simple y al mismo tiempo, muy ambicioso: explorar todas y cada una de sus etapas como artista materializadas en su diez discos.

Desde lo musical hasta lo estético, esta gira es -literal y figurativamente- una línea del tiempo a través de la mente prolífica de Taylor. Y decide realizarla en el momento más indicado: cuando se encuentra en plena labor por reapropiarse de todos los derechos de su música a través de la regrabación de su catálogo entero.

Una estrategia de la que habría que remontarse por lo menos 50 años en el pasado para tener un ejemplo más o menos parecido, cuando artistas como Frank Sinatra o Ray Charles también regrababan sus éxitos cada que renovaban contrato o cambiaban de disquera.

Pero un catálogo entero, jamás.

Todos esos elementos en ecuación nos dan como resultado el mejor momento en la carrera de Taylor (hasta el momento). Y siempre será digno de valorar que cualquier artista en su prime pise nuestro país.

Y Taylor y su equipo logran el balance ideal entre la sobre estimulación hiperactiva ocasionada por el Internet, el control de la ansiedad de los fans al querer saber todo lo que sucede en un show antes de presenciarlo en vivo y, giros de tuerca a través de sorpresas.

Porque entrar a The Eras Tour es saber a lo que te enfrentas de principio a fin y, aún así, escuchar una canción que jamás había sido interpretada en vivo o una que hacía años no se tocaba e incluso alguna que se mofa de todo el tiempo que Taylor ignoró al público latino al armar la ruta de viaje de sus giras.

Como todo proyecto musical que viene a nuestro país por primera vez, Taylor se sorprende de que su gente en México se sepa todas y las grite a lo largo de 210 minutos sin descanso. Se sorprende de nuestra mercancía pirata que siempre mejora considerablemente la original. Se sorprende que se escuchen más que sus altavoces de última generación. Se arrepiente de no haber venido antes.

El show es ejecutado a la perfección y, así como en su momento Roger Waters y su puesta con The Wall o la gira más reciente de Ramnstein, debería eliminar toda excusa para que otros proyectos ultra mainstream nos visiten con la mejor versión posible de su espectáculo.

Y es así como se perfila para ser -al menos a nivel comercial- la gira más exitosa de la historia, ya que una vez terminada, se estima que habrá recaudado alrededor de 2 mil millones de dólares sólo en entradas; en parte como resultado de tener uno de los promedios de precios más costosos por boletos, con una cifra que ronda los 400 dólares.

Hi, I’m the problem, It’s me

Por desgracia, no todo puede ser miel sobre hojuelas: The Eras Tour y Taylor Swift son los entes de la industria del espectáculo más contaminantes del planeta. Al partir del hecho de que, según la agencia ambientalista Yard -originaria de la Gran Bretaña- una persona promedio produce alrededor de 7 toneladas de CO2, Taylor por sí sola genera más de 8 mil toneladas de CO2 debido al uso desmedido de su Jet Privado; o sea, 185 mil veces más que cualquier otro ser humano común y corriente en su vida diaria, lo que nos hace pensar que la conversación sobre el nivel de contaminación de giras de estos talantes es urgente y necesaria.

No es lo único lamentable que ha acarreado esta gira. Particularmente en nuestro país, además de los precios exorbitados en reventa que alcanzaban hasta los 50 mil pesos, también hubo casos de fraudes, como el reportado por un usuario guatemalteco de Twitter que dice ser víctima de una estafa a manos de una agencia mexicana y otra de su país, las cuales ofrecieron un tour todo incluido (vuelos, hospedajes, recorridos por la ciudad y, obvio, boletos para el show) y que tras varias evasivas, terminaron por incumplir su palabra para dejar a decenas afuera del Foro Sol.

También se evidenciaron otros fraudes ya conocidos, como el de supuestas cuentas de Twitter X dedicadas a dar información de boletos y que llegado el momento indicado, también se vuelven revendedores sustentados en su fama dentro de la red social.

Ninguno de los casos ha sido esclarecido del todo y nos mantendremos al pendiente por cualquier actualización.

A The Eras Tour le queda visitar Argentina, Brasil, Europa, Asia, Oceanía y una tentativa parada por Sudáfrica para poder vannagloriarse se ser un tour realmente mundial. Dicho lo dicho, ya con lo que ha logrado esta gira hasta el momento y Taylor en general durante los últimos años, ya no resulta descabellado ni exagerado decir que su figura es, hoy en día, la industria misma.

Y ni siquiera requiere gustarle a todo el planeta -aunque tiene números masivos- sino porque, además del éxito mediático y su impacto en la cultura popular, puede presumir que se ha enaltecido a partir de un valor paradójicamente extraviado en este negocio: la música.

Taylor es sus canciones y cada vez hay menos nombres que puedan presumir de eso.

Y, afortunadamente, aunque Billboard y los servicios de streaming nos quieren convencer de lo contrario, la música no es una competencia; y eso nos hace perfectamente capaces de apreciar lo que Taylor significa para la historia aún si no conocemos uno solo de sus tracks.

Tampoco se trata de omitir sus privilegios sociales ni sus ventajas sobre otros sectores de la industria misma, pero cualquiera que lleve su visión hasta la última de las consecuencias, merece ser reconocido.

”Hola, bienvenidos a The Eras Tour. Soy Taylor y esta noche seré su anfitriona”.

Cortes Selectos

Dua Lipa graba comercial de Porsche en las calles de la CDMX

Publicado

el

Por

Dua Lipa

Dua Lipa estuvo en la Ciudad de México para filmar un comercial para la nueva campaña de la marca de automóviles de lujo Porsche.

En el video podemos ver a Dua Lipa conducir a toda velocidad un Porche por las calles de la CDMX y otras locaciones incluyendo a la “Luna”.

El comercial de cerca de dos minutos lo escribió y dirigió la propia cantante, y fue filmado con el apoyo del director francés Clément Durou en la Ciudad de México durante la primavera de 2024.

Sobre esto Dua Lipa comentó lo siguiente, ya que le tiene un cariño especial a la marca y han establecido una solida relación desde hace tiempo:

“Trabajar en este cortometraje fue muy divertido. Nada era demasiado improbable ni descartable, así que realmente me dejaron hacer lo que quisiera, y esa libertad me ayudó mucho. En especial imaginar y diseñar conceptos que eran literalmente de otro mundo hasta verlos evolucionar y hacerse realidad, fue muy emocionante”.

Continue Reading

Cortes Selectos

Reseña de Nuestro Disco de la Semana: Bando Stone and the New World

Publicado

el

Childish Gambino

En un mundo en el que la Música está subordinada a todo menos a la Música, parece que la máxima aspiración de todo artista es llegar a un punto de su carrera en la que pueda darse el lujo de hacer lo que se le dé la regalada gana.

Tal vez por eso todavía le perdonamos todo a Kanye cuando dice lo que aparentemente no debería; o a Beyonce cuando asume su rol de Kasike de la industria o a Frank Ocean cuando decide hacer de todo excepto canciones.

Como si lo necesitara, Donald Glover ha necesitado hacer del conocimiento público que él también ascendió a esa categoría. Argumentos no faltan: entre lo hecho con Childish Gambino, los brillantes proyectos como guionista y director y una carrera anómala como actor le dan el estatus de genio.

Portada Bando Stone and the New World

Con nada más por demostrar, ha decidido cerrar una etapa importante de su vida con el último disco de su proyecto musical más conocido y, al mismo tiempo, aprovechar el momento para finalmente reunir esos tres mundos en una misma obra: Bando Stone and the New World, que es película pero también es banda sonora pero también es una sátira pero también es un personaje…

Todo en todas partes al mismo tiempo. Y como disco, suena exactamente a eso.

Como Childish Gambino, Donald Glover ha evolucionado de rapero geek con rimas de adolescente a cantante de Soul a prácticamente productor de Música Electrónica.

Y en Bando Stone and the New World encontramos todo eso en un mismo caldero adicionado con esteroides y cocaína.

17 tracks maximalistas y excedidos en más de un sentido en los que Childish Gambino parece que quiere terminar su legado sonoro con una explosión en mil pedazos.

Desde beats industriales que se mezclan con trompetas y saxofones hasta órganos gregorianos como de película de terror de los 70s que se pelean con percusiones electrónicas.

Un álbum que por esa misma revisión histórica de su propio repertorio tiene recursos musicales familiares pero que en la escucha integral es indefinible bajo lo ortodoxo de las etiquetas de géneros.

De hecho, conserva el rasgo más característico de la discografía de Childish Gambino: la inconsistencia.

En sus casi siete proyectos publicados, la distancia entre los mejores tracks de cada álbum y el resto de canciones es sustancial.

Mientras puede haber tracks tan emocionantes como para que pensemos que son lo mejor que vamos a escuchar en nuestras vidas, tiene otros que en comparación se sienten débiles y fuera de contexto.

En Bando Stone and the New World, por ejemplo, escuchar las magníficas “Survive”, “In The Night” o “No Excuses” y en medio los experimentos Rock Pop como “Lithonia” o “Real Love” serían equivalentes a estar viendo una película de aventuras espectacular y que ésta se interrumpa por un sketch extraño de Saturday NIGHT Live.

Lo cual nos conecta con su otro gran problema, que podría ser obvio desde el principio pero que en la ejecución deja muchos cabos sueltos: la dependencia de este disco de su símil audiovisual.

Al final no deja de ser una banda sonora, y eso los hace inherentes mientras le resta toda posibilidad de discurso individual al álbum.

Para terminar con las analogías cinematográficas, si Bando Stone and the New World es realmente la conclusión definitiva de Childish Gambino, la saga habrá terminado con una película llena de batallas épicas, algunas lagunas argumentativas y una despedida solemne de los personajes principales.

Sin ser el mejor álbum de Childish Gambino, sí es el que mejor define lo que ha sido como artista musical en más de diez años de historia.

Y no queda nada por reclamar. Donald Glover hizo lo que quiso y nosotros fuimos felices al bajar la pendiente la montaña rusa.

Continue Reading

Cortes Selectos

Imágenes y sonidos: La música de los Juegos Olímpicos

Publicado

el

Imágenes y Sonidos

Imágenes y sonidos es la sección de WARP en la que exploramos el vínculo entre lo visual y la música a través de análisis, anécdotas y datos. En esta entrega y aprovechando la efervescencia de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 hablaremos de las mejores interpretaciones musicales que hayamos visto en la máxima justa deportiva.

Del 26 de julio al 11 de agosto, París recibirá a los Juegos Olímpicos 2024 y acompañando este magno evento deportivo, recordamos algunas de las participaciones musicales más sobresalientes y representativas. La relación del deporte con la música es muy cercana, y cuando se trata de eventos deportivos a nivel mundial como los Juegos Olímpicos, esta relación se amplifica porqué, sin importar el país, el idioma o el deporte favorito de cada uno, todos nos podemos unir en una misma celebración, tal como un lenguaje universal.

Muchos artistas de talla internacional han prestado sus voces en pro de los Juegos Olímpicos, sin embargo, han sido pocos los que han grabado su nombre en la historia con canciones memorables. Tal como fue el caso de Barcelona 1992, con Freddie Mercury y Montserrat Caballé. A pesar de que se presentó en 1987, la colaboración entre Freddy Mercury y Montserrat Caballé fue el himno no oficial de los Juegos Olímpicos de 1992. Con una fusión de rock, ópera y pop, esta canción fue el mayor éxito de la carrera como solista de Freddie Mercury.

Un año después de la muerte de Mercury, también fue interpretada por Caballé en la final de la UEFA Champions League de 1999.

En los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, vivimos la vibrante interpretación de One Moment in Time, de Whitney Houston, esta canción fue escrita por Albert Hammond junto a John Bettis. Esta es probablemente la canción más conocida de la lista, y no es difícil darse cuenta por qué. El himno olímpico de 1988 capturó el sentimiento de unidad de la época y llegó a las 5 principales en las listas de Billboard de ese año.

Por otro lado, los mismos Juegos Olímpicos de Seúl en 1988 fueron especiales ya que por primera vez, se contó con la participación de Estados Unidos, la Unión Soviética y Alemania Occidental, y para celebrarlo se compuso Hand in Hand, una pieza coreana que también fue protagonista y que nos dejo dos canciones icónicas. Al igual que la de Whitney Houston, esta canción transmite un mensaje optimista de unidad, anunciando el fin de la Guerra Fría.

Con el paso del tiempo los artistas se han acercado a la emoción de los Juegos Olímpicos siendo parte de sus shows inaugurales o de clausura, y componiendo canciones para avivar el espíritu deportivo y celebrar a sus países y regiones cuando la competencia llega a sus escenarios.

Es momento de hablar de Sidney 2000, unos juegos que nos entregaron muchos recuerdos para la cultura pop contemporánea. Kylie Minogue, llena de plumas y lentejuelas, nos puso a todos a bailar con su interpretación de Dancing Queen. La polifacética artista australiana revivió el espíritu de ABBA en la clausura de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, haciendo suya una canción inolvidable.

En Atlanta 1996, Céline Dion llegó con The Power of the Dream, escrita y producida por David Foster, Linda Thompson y Babyface para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, sin duda ha pasado a la historia como una de las más recordadas de los Juegos. Su interpretación en la inauguración fue sublime junto a Foster en el piano, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Atlanta y el Coro Centenario; rompió récords de audiencia de televisión, por lo que la artista donó lo que recibió por aquella presentación para apoyar a los deportistas de su delegación ese año. La canción hace parte de su premiado disco Falling Into You.

En Atenas 2004, conocimos una pieza aclamada por la crítica como una de las mejores canciones de la virtuosa artista islandesa Björk, quien presentó en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas en el 2004 su sencillo “Oceanía”. La canción se desprende de su sexto álbum de estudio Medúlla y su video oficial nos remonta sin duda a las competencias acuáticas en este contexto deportivo.

Según Björk, esta canción fue compuesta especialmente para los Juegos Olímpicos, la cual escribió desde la perspectiva del océano. En una entrevista en el 2004, la cantante dijo: “El océano no ve las fronteras, las razas ni las religiones diferentes que siempre han estado en el corazón de estos Juegos”.

Absolutamente cuando hablamos de la música, hablamos de un lenguaje universal, que úne países, razas, comunidades, religiones, y demás, que desde luego es la premisa de los Juegos Olímpicos en cada una de sus ediciones. El deportivismo y el espíritu de unión en realidad debería prevalecer entre nosotros, y no solo cuando el mundo nos lo reclame. Viviendo actualmente entre diversas pesadillas ocurriendo en el mundo, el deporte y la música se han convertido en nuestros principales refugios.

Continue Reading

Portada

Advertisement
Advertisement

Cortes Selectos

Copyright © 2023-2024 WARP Todos los derechos reservados WARP │ México. Para publicidad, acciones editoriales, producción, desarrollo y gestión de contenidos especiales: contacto@warp.com.mx Ir a Aviso de privacidad El uso y / o registro en cualquier parte de este sitio constituye la aceptación de nuestro Acuerdo de usuario y la Política de privacidad y Declaración de cookies. Sus derechos de privacidad basados en Ciudad de México. El material de este sitio no puede ser reproducido, distribuido, transmitido, almacenado en caché o utilizado de otra manera, sin acreditar la fuente.nea. Opciones de anuncios.