Texto de Alejandra Carvajal (@alejavn_) y fotos por Julio del Toro (@julio.deltoro).

El festival Coordenada ha sido uno de los festivales que ha tenido un gran apogeo desde su primera edición en el 2014, haciendo de este, un festival que ha apostado por todo a través del tiempo.

Siempre ha contado con la participación de artistas nacionales como internacionales en donde anteriormente los artistas que pisaban sus múltiples escenarios pertenecían a géneros muy específicos como pop, rock, ska, rap y no fue hasta hace dos ediciones que decidieron apostar por incluir géneros urbanos como el trap y el reggaetón y en esta última edición decidieron incluir uno de los géneros de la música regional mexicana que ha ido en ascenso: Los corridos tumbados. 

El pasado sábado 14 de octubre, El Valle VFG tuvo el honor nuevamente de ser la sede en donde se llevó a cabo la octava edición del festival Coordenada.

Valle VFG: Un gran verde valle en abundancia

El Coordenada ha contado con múltiples venues en donde se han realizado las ediciones de este festival; desde el Parque Trasloma, la Explanada del Estadio Akron y el Valle VFG ha logrado mantenerse a flote y con la cabeza en alto a pesar de las diversas circunstancias por las que ha pasado (cambio de nombre por parte de la cerveza promotora, cambio de venues anteriormente mencionados, COVID-19, y el cambio de formato a un solo día). 

Pese a dichas circunstancias que han sucedido durante una trayectoria de ocho años, este festival ha sido testigo de ver a miles de personas reunidas en un solo lugar para poder presenciar la música de sus artistas favoritos y vivir experiencias inolvidables. 

El horario de ingreso inició a las 13:00 horas y varios asistentes se encontraban recorriendo la zona y checando las distribuciones de los escenarios, mientras que otras personas se encontraban participando en las activaciones de las marcas patrocinadoras.

Algunas personas se dirigían a ver La Vida Mía y otros gozaban de las zonas de descanso y del panorama que ofrecía el lugar; ya que los campos del Valle VFG lucían tan atractivos e hicieron que la estancia durante el festival fuera bastante grata. El césped verdoso que adornaba todo el valle reflejaba una esencia de armonía y celebración con las llamativas decoraciones que contó el festival.

La distribución de los tres escenarios dio la oportunidad de que las 25 bandas pudieran dar presentaciones de 30 min, en el caso de los artistas como Los Blenders, Usted Señálemelo, 50 minutos a artistas como Porter, Daniela Spalla, 60 y 75 minutos a los artistas headliners como Junior H, Queens of the Stone Age, Simple Plan, The Drums, entre otros. 

Algo que si podía verse a primera instancia fue que los asistentes al Coordenada era un público bastante amplio inmortalizando a Panteón Rococó, disfrutando de Siddhartha, Lng-Sht, viviendo la euforia con el espectáculo que ofreció Queens of the Stone Age, y sintiendo ese orgullo de la música regional mexicana con “El Gallo” Elizalde y algunos bien puestos para andar de $ad Boyz con el Junior H.

La presencia de este público tranquilo y energético a su vez destacaba y era muy notorio en cuanto a las presentaciones de ciertos artistas al igual que varios niños que iban acompañando a sus padres para disfrutar de sus artistas favoritos y varios padres acompañando a sus hijos que pudieron gozar de las presentaciones de sus artistas preferidos. Algo que no ha estado tan presente en otros festivales. 

Por ser un festival que se llevó a cabo durante un solo día el espacio era reducido pero adecuado, ya que ningún escenario tuvo interferencia de sonido, los stands o las activaciones eran menores a las que se habían presenciado en ediciones pasadas.

Las zonas de comida estaban distribuidas en los extremos del lugar, por lo que las filas para ordenar eran muy largas y la oferta de comida era muy limitada, en cuanto a los costos de los productos estaban poco elevados en cuanto a precio-calidad, además, las zonas de recarga estaban muy agilizadas y el staff se encontraba al tanto de cualquier situación al igual que el servicio médico. 

La presencia de 32 mil asistentes en las afueras de la ciudad, las ligeras lluvias que acontecieron durante la noche, las presentaciones de cada artista al pisar los escenarios y esa energía cálida que nos enchinó la piel.

Los zapatos cubiertos de fango fuimos partícipes de una noche especial donde quedarán inmortalizados los momentos y la música de la octava edición de uno de los festivales más emblemáticos que se llevan a cabo en la Perla Tapatía. Esperando con ansias la siguiente edición del festival.