Fallout, la nueva serie de Amazon Prime basada en la homónima franquicia de videojuegos, apostó por sentirse más como una continuación de los juegos que una adaptación y el resultado no puedo ser mejor.

Mientras que del lado de las recientes adaptaciones de videojuegos a series animadas la ejecución y recepción ha sido en general buena, del lado de las adaptaciones a series de acción en vivo el resultado ha sido bastante mixto.

La adaptación de The Last of Us ha sido un rotundo éxito, en contraste con la de Resident Evil que no pudo ser más odiada por los asiduos a la franquicia. Por su lado la serie basada en Halo, después de 17 episodios y dos temporadas, sigue tratando de descubrir que quiere contar en su afán por no ser una adaptación al pie de la letra.

Creada por Graham Wagner y Generva Robertson-Dworet y producida por Kilter Films de Jonathan Nolan y Lisa Joy, la serie de Fallout escogió el camino de verse a si misma como un “Fallout 5” construyendo su narrativa sobre lo que se ha contado en los juegos. Con Todd Howard director de Bethesda Game Studios afirmando que la serie de “tv” es parte del canónico de los juegos.

¿De qué trata Fallout?

La serie como los juegos está situada en un mundo postapocalíptico tras una guerra nuclear ocurrida en el año 2077. En esta versión retro futurista del mundo, la sociedad se quedó congelada estética e ideológicamente en los años 50, y ha centrado todos sus avances tecnológicos alrededor de la energía nuclear – en pocas palabras Fallout retrata como la gente en los años 50 pensaba que sería el futuro.

Previo a la “Gran Guerra” la compañía Vaul-Tec construyó cientos de bóvedas como refugios nucleares con la intención de vender a la gente un espacio dentro de ellas, y así asegurar que los descendientes de las bóvedas reconstruyan la civilización tras un holocausto nuclear. Al menos así es como lo pinta Vaul-Tec.

La serie se ubica en lo que queda de Los Ángeles en el año 2296, mostrándonos la utópica vida dentro de la Bóveda 33 y a la protagonista principal Lucy MacLean (Ella Purnell). Fallout siempre ha sido más que gustoso en exagerar y parodiar la visión optimista e idílica de los años 50 mezclándola con momentos violentos y grotescos sin descuidar el humor y la absurdidad. Que es justo lo que evita que la narrativa se convierta en un asunto totalmente serio.

Y definitivamente la serie abraza en su totalidad está dinámica, aventando al caos total a la Bóveda 33 para poder dar paso a mostrarlos en todo su esplendor apocalíptico, a las tierras baldías y sus habitantes que han logrado sobrevivir por doscientos años – para sorpresa de Lucy.

Es en estos baldíos donde la serie de Fallout nos presenta a los otros dos protagonistas, de un lado a Maximus (Aaron Moten) de la Brotherhood of Steel o Hermandad de Acero, organización militar que raya en el culto religioso con la misión de recolectar todo remanente de tecnología previa a la guerra. Y por otro lado, al ghoul (humanos mutados por la radiación) Cooper Howard (Walton Goggin) quien resulta ser el puente perfecto para entender todos los hechos previos a la Gran Guerra y la situación actual de la civilización en la superficie.

La guerra nunca cambia

En conjunto los tres protagonistas nos muestran una visión completa de la sociedad postapocalíptica de Fallout, siendo el inocente y constante optimismo de Lucy lo que entrelaza a los protagonistas, manteniéndolos relevantes sin dejar que se conviertan en una mera herramienta para que Lucy complete la misión de rescatar a su padre.

Y no es que Maximus y la versión goul de Cooper no brillen por si solos, pero hay cierto encanto en ir viendo a lo largo de los ocho episodios, como la interacción que tienen va poco a poco moldeando el comportamiento de cada uno –- Lucy inclinándose a desviarse un tanto de su compás moral para lograr encontrar a su papá dejando atrás su inocencia mientras trata de afianzarse a su optimismo y “regla de oro” de trata a los demás como quieres que te traten.

Después de todo el optimismo y rescatar a su padre es todo lo que Lucy tiene para soportar el tormento por el que Cooper la hace pasar. Y en él, vemos cierta fascinación por cómo Lucy se aferra a sus principios y como poco a poco comienza a afectar la actitud de Cooper.

Mientras que Maximus descubre que aún en la superficie se puede vivir en ves de solo sobrevivir en la anarquía de todos contra todos, pero al mismo tiempo continúa lidiando con la satisfacción y seguridad que le brinda el tener el poder sobre otros.

Y a pesar de todo, Fallout nos muestra que aun después de un holocausto nuclear los remanentes de la civilización no dudarán en empezar nuevos conflictos en el afán de justamente tener el control sobre los demás.

Atención al detalle

Mucho del encanto de serie de Fallout es las grandes distancias a las que fue la producción para hacer que el mundo postapocalíptico se sintiera real. Desde replicar cada detalle de este universo visto en los juegos, hasta en lo posible hacer uso de locaciones reales para no recurrir de más a escenarios virtuales.

Cosa que de paso beneficia a la actuación de los protagonistas y el resto del talento, al no tener que estarse imaginando que es lo que los rodea.

Definitivamente es un deleite en cada escena para aquellos que por lo menos han un jugado una entrega en la franquicia, pero en lo absoluto es necesario estar al tanto de lo que tratan los juegos para adentrarse en la serie.

Fallout se beneficia bastante de que, al igual que The Last of Us, mucho del trabajo narrativo ya estaba hecho dentro de los juegos. Con el plus de que esta serie de Fallout no tiene la preocupación de ser fiel a una determinada historia ya contada –- en su lugar, como mencione al principio, construye una nueva historia dentro del universo ya existente no muy distinto a como cada entrega en los juegos tenemos a un nuevo protagonista y una nueva bóveda.

Si en algo peca la serie de Amazon, es en añadir demasiado en los primeros episodios, pero en definitiva nunca pierden el ritmo. Y el simultáneamente ver que sigue ocurriendo dentro de la Bóveda 32 mientras se desarrolla la historia de Lucy, más que una distracción es un perfecto ejemplo de lo complejo y entrelazado del mundo postapocalíptico con la corporación Vaul-Tec.

Todavía no hay confirmación oficial de una segunda temporada de Fallout, pero esta temporada hace todo por apuntar a que si la habrá.