El 19 de mayo de 1999 se estrenó Star Wars: Episode I – The Phantom Menace, el regreso de George Lucas a la dirección y de Star Wars a las salas de cine. Un filme que llegó a la pantalla grande un poco más de 15 años después del cierre de la trilogía original.

Aunque con el tiempo las precuelas resultaron ser divisivas entre los fans de Star Wars, hay elementos que sin duda son icónicos y sentaron las bases para lo que el día de hoy es la franquicia.

Aunque ya eran conocidos y gozaban de cierto prestigio las carreras de Ewan McGregor y Natalie Portman se vieron impulsadas por sus papeles de Obi-Wan Kenobi y la reina Amidala. Liam Neeson aportó su prestigio como actor como el maestro Jedi, Qui-Gon Jinn. Y aunque Ian McDiamid ya había participado en Star Wars: Episode VI – Return of the Jedi como el Emperador, como el Senador Palpatine se convirtió en la figura conspirativa que movió los hilos para la caída de la república galáctica.

Una mención a parte merece la participación de Ray Park como Darth Maul. Aunque su participación fue breve fue impactante en la cultura pop y en el universo de Star Wars. La pequeña participación del personaje llevó a que Maul tuviera posteriormente una participación significativa en las series animadas Clone Wars y Rebels.

En un periodo en que se esta revalorizando la existencia de las precuelas y con el reestreno de Star Wars: Episode I – The Phantom Menace por su 25 aniversario, hay 5 razones por las que consideramos que vale la pena ver la película en la pantalla grande.

La música de John Williams

Como compositor John Williams cuenta con algunas de las partituras más importantes en la historia del cine con la música de películas y franquicias como Superman, Indiana Jones, Harry Potter y Jurassic Park. Pero, la música de Star Wars por si sola le daría un lugar en la historia. Con el regreso de Star Wars el compositor nos entregó piezas tan icónicas como He is the Chosen One y por supuesto Duel of The Fates.

Amidala y el vestuario

Aunque el atuendo de los jedi y la princesa Leia, son icónicos en la trilogía original, para las precuelas el vestuario de Trisha Biggar expandió la variedad de Star Wars. En particular en el Episodio I, Trisha le dio a la reina Amidala un look exótico, pero elegante que se volvió referente de esta nueva etapa.

Los efectos visuales y sonoros

Aunque el filme tuvo la mala fortuna de competir con Matrix (1999) en los premios de la Academia, George Lucas con la compañía ILM (Industrial Light and Magic) marcó un avance tecnológico importante (otra vez) en la industria cinematográfica, en la creación de los efectos visuales y sonoros.

La carrera en el desierto

Dentro de la creación de efectos visuales del Episdio I sin duda destaca la carrera de los pods. Donde el pequeño Anakin Skywalker se juega su libertad para poder acompañar a los jedi fuera de Tattoine.

El duelo final

La duelo final entre Darth Maul y los jedi Obi-Wan Kenobi y Qui-Gon Jinn elevó considerablemente el nivel coreográfico y de acción de la saga. Esta es una de la escenas de batalla más espectaculares de la trilogía. Y muestra a dos jedis en plena forma enfrentando a un Sith con habilidades espectaculares. Acompañados con también con la música de John Williams.