En este espacio plantearemos una reflexión en torno al que consideramos el disco más relevante de la semana. En esta entrega: ATP de NSQK.

Es probable que el trauma más grande de nuestra época sea el de la decepción constante a causa de expectativas no cumplidas.

La vida que nos plantea el Internet construye un estándar anti natural: ni todo el amor es perfecto ni cada comida es una proeza de la estética ni el mundo es una postal en sus 24 horas. 

 El problema es que ese sistema que impone tal nivel de expectativa reduce toda percepción a la dicotomía de lo bueno o lo malo, despojando a la creaciones humanas precisamente de eso: humanidad, con sus claroscuros y matices.

Todo este preámbulo es un camino a través del cual -quien escribe esta líneas- expone una disyuntiva respecto a lo que generó ATP, el nuevo disco de NSQK, en su cabeza.

Meto las manos al fuego por la siguiente aseveración: dentro del panorama alternativo e independiente, NSQK debe ser el artista más sólido y propositivo de su generación.

Y lo es porque hasta el momento ha demostrado ambición, misma que se traduce en claridad para ejecutar conceptos valientes que logran generar lazos de intimidad con sus fans, sin importar lo personales que puedan ser sus discursos.

Para ATP, el mismo NSQK ha declarado: “fue un disco que hice para divertirme después de todo lo que significó hacer Roy”, refiriéndose a su álbum pasado, una placa en la que construyó un diálogo interno sobre la vida y la muerte a raíz del gran poder incuestionable: la muerte.

El contraste es evidente: ATP de inmediato se siente como un trabajo más ligero y desenfadado en el que el interés está en lo instrumental y no en el mensaje.

A través de sus 40 minutos nos encontramos con un NSQK que demuestra ser capaz de explorar por igual el Reggaeton, el Trap, el Rap, el R&B y el Pop Alternativo.

Y para empezar a reconocer virtudes en este trabajo, podemos decir que el rubro sonoro es impecable sin que eso necesariamente signifique aventurado.

Con ATP, NSQK se mimetiza con la Música en tendencia gracias a beats seductores que ya resultan familiares gracias a proyectos como Álvaro Díaz, Porter Robinson o hasta Kanye West.

Cómo diferenciador, NSQK exhibe madurez y contención para saber cuándo usar cada recurso musical.

Entre lo dicho y lo tocado, está el eje conducto de ATP: una estación de radio ficticia que hila cada canción. La idea no es nueva, lo cual tampoco representa un problema como tal; sin embargo, la materialización es la que se queda corta debido a un uso banal de la comedia, con chistes obvios y lugares comunes que en cierto punto se sienten hasta sosos y rompen la inercia de los tracks.

Lo cual es una pena porque nos encontramos con algunas de sus canciones más atractivas: “Ciencia Ficción”, “Miata” o “Los Alpes” por mencionar algunas.

El punto está en que esas canciones son lo que son gracias a su producción pero no por su lírica, misma que rompe la ilusión de profundidad que había creado NSQK en sus trabajos previos y que aquí lo vuelven terrenal en el sentido que hablan de los temas con los que  todos los demás juegan: aquellos alrededor de relaciones amorosas.

Entonces ATP logra su cometido de ser un álbum entretenido pero a cambio se diluye en su falta de sustancia y riesgo… Hasta que aparece el último track: RIP Pete.

El sorpresivo plot twist final es la clave porque vuelve a desnudar a NSQK y nos habla de lo que podría ser el verdadero motivo por el que decidió hacer un disco más, digamos, normal: el miedo a todo eso que ha traído consigo el éxito.

De manera cruda y rabiosa NSQK relata lo mucho que ha cambiado su vida y lo complejo de mantenerse cuerdo al grado de que -por momentos- podríamos inferir que decide no ser ese personaje sobre el cual reposan nuestras expectativas, incluido ATP: como si fuera una cortina debajo de la cual ocultarse mientras asimila todo lo que le está pasando como artista y como persona. 

Porque con esa cortina y con el amor que le tiene su público puede, al menos por un momento, huir de las expectativas… Sobre todo aquellas que ya tiene él sobre sí mismo.