Después de dos años en el limbo, la icónica expo de videojuegos E3 ha dejado de existir. Su organizadora la Entertainment Software Association (ESA), finalmente admitió que el evento ha perdido su relevancia y el interés tanto del público como de las mismas compañías de videojuegos.

La edición 2019 fue la última en realizarse en persona, ya que en el 2020 fue cancelada por la pandemia y en el 2021 fue realizada virtualmente. Hubo planes para las emisiones 2022 y 2023 pero en ambos casos la ESA terminó cancelando el evento, esencialmente por falta de quorum, ya que varias compañías decidieron no participar.

Con el mensaje de “después de más de dos décadas de E3, cada una más grande que la anterior, el tiempo ha llegado para decir adiós” fue como la ESA dio por terminada la que llegó a ser la expo y evento más importante en la industria de los videojuegos — al punto que la semana de principios de junio en la que usualmente se llevaba a cabo la expo, sigue siendo la fecha en la que se dan el grueso de los anuncios en la industria.

Hablando para The Washington Post, Stanley Pierre-Louis presidente y CEO de la ESA, mencionó que parte de que la expo perdiera relevancia fue que las compañías “ahora tienen acceso a los consumidores y negocios a través de una variedad de formas, incluyendo sus propios eventos”.

Y justo ese ha sido el argumento de quienes habían venido declarando muerta a la E3 desde el 2013, cuando Nintendo dejó de hacer conferencias para centrarse en su Nintendo Direct, y Electronic Arts abandonó el piso de exhibición en favor de su propio EA Play.

Aunque la realidad es que fue más la terquees de la ESA de mantener a la E3 como un evento de industria y prensa, que el que las compañías comenzaran a realizar sus propias transmisiones en línea o tener eventos presenciales.

Tanto la Gamescom de Alemania como el Tokyo Game Show, los otros dos grandes eventos de videojuegos del año, se han mantenido en buena forma y sobrevivieron sin mayor complicación a la pandemia. ¿La gran diferencia que tenían con la E3? Salvo uno o dos días dedicados enteramente a prensa y gente de la industria, estas expos están abiertas al público en general.

Después de años de ver la tormenta, la ESA finalmente decidió vender boletos al público en general para la edición 2018, sin tomar medidas similares a las otras expos de designar días específicos para prensa e industria. Lo que resultó en amontonamiento de gente y problemas de seguridad.

Sin mencionar que muchos de los que adquirieron los boletos generales, fueron tomados por sorpresa de que el alto costo de la entrada no incluía accesos a las distintas conferencias de las desarrolladoras, donde de hecho era donde los anuncios se llevaban a cabo, al esencialmente no formar parte de la propia expo.

Las subsecuentes salidas de Nintendo, Sony y otros del piso del exhibición, que cada día las compañías se volvían menos dependientes de cerrar tratos con las tiendas físicas para la venta de juegos, junto al bajo costo de realizar un streaming en lugar de montar un enorme estante, solo aceleraron la decadencia de la expo. Solo para que la pandemia en esencia le diera a la expo el tiro de gracia.

Geoff Keighley con su Summer Games Fest y los The Game Awards — que de premiaciones ya prácticamente tiene nada más el nombre — ha buscado tomar el lugar de la E3. Y aunque hasta cierto punto lo ha logrado con el SGF, el creciente descontento en la ejecución de los TGA pone en una posición vulnerable las ambiciones de Keighley.